Después de unos días en Bilbao, comenzamos nuestro periplo por la región. Estuvimos en la playa, sacandonos el tono "pantruca blancuzco" para adquirir algo de color.
Un poco de historia:
Un buen tiempo atrás (quizás en la época medieval o de Carlos V), los plentziatarros apostaron en un juego de cartas (si... naipes) contra los del pueblo vecino. La cosa es que estos tipos apostaron el santuario y lugar de peregrinación local de San Antonio contra un odre de vino... obviamente perdieron.
Anduvimos por las playas de Bermeo y Mundaka, donde almorzamos un nutritivo baguete con queso y salame.
Nota: NO FUIMOS A SAN SEBASTIÁN (aún)
Hoy conocimos el puente colgante de Bilbao y recorriendo las líneas del metro, decidimos ir hasta el final (es decir, la estación terminal). Por esas cosas de la vida, decidimos ir la típica oficina de informaciones turisticas. El punto es que convergimos a las fiestas del pueblo de Plentzia, después de que el encargado nos dice: Bueno, el pueblo está de fiestas justo hoy... así que... únanse a la fiesta...
Un poco de historia:Un buen tiempo atrás (quizás en la época medieval o de Carlos V), los plentziatarros apostaron en un juego de cartas (si... naipes) contra los del pueblo vecino. La cosa es que estos tipos apostaron el santuario y lugar de peregrinación local de San Antonio contra un odre de vino... obviamente perdieron.
Y bueno... ahora (siglo XXI) se conmemora con un carrete de 7 dias por las calles... actividades familiares, comida, mucho pero mucho vino y alcohol, trajes típicos... y Kalimotxo (vino y coca cola... es decir, un jote!) y Katxis (cerveza y kalimotxo... como para vomitar)
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