La vida normal

Una vez que llegas a tu país, te pasan dos cosas:
1. Ocurre que después de un año, sigue todo más menos igual. Es decir, está tu familia, los mismos barrios, los mismos vecinos y empiezas a preguntar... y que tal todo? alguna novedad?... y te responden... bueno, sí, sin muchas novedades... acá andamos

2. Ocurre que en verdad han habido bastantes cambios... el supermercado a donde ibas ya no existe o la calle por donde pasabas la cerraron por algún motivo, aparece un edificio nuevo, que la no se quién ya tuvo bebe o simplemente ampliaron las líneas y servicios del metro (esta última es una de mis favoritas)

Posteriormente, pasa que empiezas a aclimatarte del jetlag, el cambio climático (digo... pasar del verano al crudo invierno) y empezar a buscar casa (digamos que queremos a nuestros papás, pero..."¿hey? ¿a donde vas?" Donde unos amigos... ¿ah sí? ¿y que amigos? ¿tienen nombre ellos?)
y bueno, buscar trabajo... (esa es la parte negativa del asunto). Cuando ya tienes un máster ya casi en el bolsillo, empiezan los dramas de... y bueno... ¿cuanto empiezo a cobrar? ¿Estaré caro? ¿Realmente estos tipos necesitan un wn con un máster??? O más de algún entrevistador te hace la siguiente observación... hey estás hablando medio españolao' cómo Iván Luis Zamorano!! noooooo

Ahora ya encontramos un departamento (piso) y nos instalamos completamente. Bastante cerca del metro y eso es cojonudo tío. No es una gran morada, pero es lo suficientemente acogedora y en lo personal, me agrada bastante.

Pero no todo es "aclimatación climática", familiar, de espacios... también comienzan los ajustes monetarios fuertes.

En plena "economía de guerra" (más endeudado que Argentina con el FMI), comienza una lenta etapa de recuperación y de activación de la economía doméstica. Gracias a los amigos de Grecia, que aparte de darnos exquisitos yogures, mousakas y un montón de historia) también nos traen los dramas. Ok, no estoy hablando de Esquilo, Sófocles y Eurípides... estoy hablando de la crisis del euro. Así que una vez llegados a Santiago de Chile... curiosamente todo se volvió más caro y Europa ahora me parece un continente taan barato (sí ohhhh)... Admitámoslo, Chile es caro... lo único barato es la carne (gracias a Dios)

Nos vemos en la Cantabria Infinita, a terminar el bendito máster de una buena vez!


0 comentarios:

Publicar un comentario