Las tetas de la Julieta

Bueno chicos, la verdad es que me da una real lata hablar de Venecia. Me gustó y no me gustó. Si realmente desean ganarse un poroto con la polola, llévenla allá. Así que, le dejo la pega de su descripción a Lonely Planet, Routard, La Guía Verde y la Guía Michelín (igual les dejo unas fotos porque este blog es como una copia al peo de la Cámara Viajera de Don Francisco)

Así que, una vez que visitamos Venecia, nos fuimos inmediatamente a Verona. Llegamos a la estación de tren y nos fuimos inmediatamente a la oficina de turismo. Nos consiguieron alojamiento y nos hablaron de las partes que hay que visitar de la ciudad ¡muy bien!

En general, Verona es una ciudad donde se respira y transpira Renacimiento Italiano (para los que no tienen idea, hablo del siglo XVI... ) Uno de sus highlight es.. la casa de La Guiletta... wait... ¿de quién?? ¿pero esa no es un personaje de Shakespeare??.. bueno, nos enteramos que en efecto, no estábamos hablando de personajes mitológicos.

Así que fuimos a la casa de la Julieta.

Y es la pescatta total. El Romanticismo, aparte de ser un estado mental... it's a business!

Dentro del patio de la casa de Julieta, obviamente había un balcón donde nuestro galán (Romeo) cortejaba a la minita en cuestión.

Y la gente pegaba en las paredes mensajitos de amorshh (¿cómo no?? si la cursilería mundial fuera una religión... estaríamos en un punto de peregrinación)

La cosa que me quedó claro, es que cero respeto por la escultura de la pobre Julieta. En las fotos podemos ver que una horda de púberes están MANOSEÁNDOLA sin pudor alguno y sin ninguna puta vergüenza.

Yo no pude ser menos... supuse que era un ritual autóctono. Así que, puse mi mejor cara de lascivia (como la del hombre ardiente del club de la comedia) y me puse a sobajear a la Julieta, como un vil pokemón chileno en carrete flaite. ¿Pero saben?, no dejaba de pensar que las de mi chica, son las mejores!