Instalados en la casa de Ricardo y Pablo en Santander, nos dedicamos a dormir y a comer pinchos en la Casa Lita (lejos el mejor Pinchos bar de la ciudad). Así aprovechamos de ver a los amigos y enterarse de lo que pasa en la Cantabria Infinita (más conocido como juntarse con el guía de la tesis)
Como tuvimos la suerte infinita en estas vacaciones en términos climatológicos, aprovechamos los días de sol y calor en la comarca y fuimos a las playas de Santander en conjunto con los amigos (adjuntamos algunas fotos para que se mueran de envidia a los chilenos en Chile muertos de frío)
Las crónicas están llegando a su final (un final feliz claro!), mientras ya estamos instalados o más bien allegados, en Santiago buscamos un hogar (y yo algún trabajo!)
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